Luego de la crisis sanitaria por el Covid-19, el mundo laboral ha cambiado de manera irreversible. Las necesidades, exigencias y expectativas de las mujeres trabajadoras son otras, y las empresas deben entenderlas si buscan mantenerse en el tiempo.
Lima—La crisis sanitaria y económica por el Covid-19, significó grandes cambios en el ámbito laboral. Para el sector femenino, que desde antes de la pandemia se encontraba en desventaja, esto amplificó las brechas. Diversos estudios han revelado que tan solo 35% de madres trabajadoras volverán a desempeñar sus funciones laborales como lo hacían antes de la pandemia, y la participación femenina en la fuerza laboral disminuyó considerablemente, incluso hasta noviembre del 2021.
Ante este problema, una respuesta esperada sería desplegar un plan de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), iniciativas que existen en el mundo empresarial hace ya varios años. Sin embargo, una reciente encuesta de Boston Consulting Group (BCG) ha demostrado que estas técnicas pre-pandemia pueden resultar obsoletas, ya que las expectativas, exigencias y necesidades de las trabajadoras han cambiado.
La investigación de BCG reveló que atender las necesidades de sus trabajadoras es un factor clave para que las empresas promuevan, efectivamente, la diversidad, equidad e inclusión. Estas necesidades pueden catalogarse dentro de dos grupos: funcionales y emocionales. Las primeras incluyen línea de carrera, compensación, beneficios y equilibro trabajo-vida personal. Si bien son de gran importancia para todos los trabajadores (tanto hombres como mujeres), la encuesta encontró que es el segundo grupo de necesidades, el cual tiene una relación directa con la felicidad, motivación y retención de las trabajadoras. .
“Al momento de medir el desempeño integral de las trabajadoras es igual o más importante considerar la satisfacción de necesidades emocionales que las necesidades funcionales. Algunos de estos requerimientos son el sentirse valorada en la empresa, el respeto por su trabajo y un buen trato”, comentó Ana Morales, Partner de BCG.
Un hallazgo crucial de la encuesta fue que no todas las trabajadoras tienen las mismas necesidades, o no con la misma prioridad, diferenciándose de acuerdo a factores como edad y seniority, la importancia del trabajo en la vida de la mujer, la maternidad y el ser parte de una planilla o trabajar por horas. Influenciadas por la etapa de la vida y carrera en la que se encuentran, las trabajadoras contemplarán distintas expectativas en cuanto a las necesidades que buscan que su empleador satisfaga.
“Una mujer joven con un puesto de menor liderazgo, pero con ímpetu emprendedor, tendrá como prioridades sentirse competente e importante, así como el contenido de su trabajo. Por otro lado, mujeres de mayor edad con más experiencia y un puesto de liderazgo en la empresa desean que su trabajo tenga un impacto y sentirse retadas”, comentó Morales.
En ese sentido, ¿qué pueden hacer las compañías para mejorar sus programas DEI? BCG indica 3 soluciones para aplicar:
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