Según una encuesta de BCG, las empresas automotrices no están preparadas para afrontar una nueva crisis en la cadena de suministro y necesitan nuevos métodos para anticipar riesgos en todo el espectro de proveedores.
Buenos Aires—La industria automotriz está atravesando un período convulsionado en el cual los choques en la cadena de suministro dificultan los esfuerzos de la industria para introducir cambios tecnológicos importantes en el diseño de vehículos.
Entre 2020 y 2022, un 12% de la producción mundial de automóviles desapareció como consecuencia de la escasez de semiconductores y el golpe que representó la pandemia de Covid-19. Estas crisis interrelacionadas causaron interrupciones sin precedentes en las cadenas de suministro de la industria, exponiendo las vulnerabilidades y la falta de visibilidad de sus riesgos.
Aunque la industria se encuentra en proceso de recuperación, según una encuesta de Boston Consulting Group (BCG), el 80% de las empresas no están preparadas para afrontar rápidamente los obstáculos que puedan producirse, y sus operaciones no están estructuradas para la resiliencia a largo plazo, especialmente las automotrices. De acuerdo con el informe Preparing Auto Supply Chains for the Next Crisis, aunque la mayoría de las compañías prósperas emplean análisis avanzados -incluida la IA- para supervisar y evaluar los riesgos, solo el 15% de las automotrices disponen de estas capacidades. De hecho, el 35% afirma tener poca visibilidad de riesgo e incluso utiliza herramientas tanto manuales como estáticas para recabar datos sobre los proveedores.
La cadena de suministro es un área de especial relevancia al momento de evaluar una posible crisis. Por ejemplo, alrededor del 80% de la capacidad de fabricación back-end se encuentra en China, Taiwán y Corea del Sur, lo que significa que las tensiones geopolíticas podrían dificultar el acceso a parte de la capacidad adicional prevista.
Sin embargo, los ejecutivos de la industria automovilística son conscientes de los riesgos a los que se enfrentan, por lo que se encuentran en la búsqueda de nuevos métodos para anticiparse y ser capaces de asegurar las piezas, materias primas y materiales críticos. Esta renovada urgencia se debe, en parte, a la aceleración del cambio hacia los vehículos eléctricos, lo que está incorporando nuevos proveedores y tipos de componentes en su producción.
¿Cómo puede la industria automotriz adelantarse a las crisis y ser resiliente?
Actualmente, las empresas automotrices centran sus esfuerzos en mejorar su respuesta a las crisis a corto plazo, en lugar de enfocarse en la resiliencia a largo plazo. Además, las cadenas de suministro se han vuelto tan complejas que a menudo no consiguen identificar a todos los proveedores involucrados, así como tampoco conocer las ubicaciones de fabricación, plazos de entrega y registros de producción y envío. Como consecuencia, las compañías carecen de un control y supervisión adecuados de su cadena, lo que puede derivar en una crisis para la cual no están preparadas.
Es imprescindible que las empresas automovilísticas desarrollen resiliencia: la capacidad de identificar y analizar rápidamente los riesgos, responder con agilidad y absorber el impacto de las interrupciones en toda la cadena de suministro. El informe de BCG ofrece algunas recomendaciones para que las empresas mejoren sus procesos y potencien esta habilidad.
En los últimos años se han evidenciado los puntos débiles de las cadenas de suministro en muchos sectores, especialmente en la industria automotriz. La resiliencia de estas cadenas podría marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en un entorno cada vez más competitivo y cambiante. Por lo tanto, es crucial preparar a las compañías para identificar y responder a los riesgos, integrando capacidades de resiliencia en sus modelos operativos y generando un cambio cultural que otorgue relevancia a las estrategias de largo plazo para la gestión de crisis.
Patricia Gutiérrez
Marketing Manager
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